RASA – Red por la Agroecología y la Soberanía Alimentaria de la Sierra de Aracena

ODS 2030:

Descripción

La Red por la Agroecología y la Soberanía Alimentaria de la Sierra de Aracena (RASA) es un grupo independiente, diverso y autogestionado de personas que promueven una cultura agroecológica y de soberanía alimentaria para la comarca de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, Huelva, España. Entre sus objetivos se encuentran el de integrar al sector agroalimentario con las administraciones públicas implicadas, la comercialización, el consumo y los valores culturales.

La RASA promueve la agroecología como enfoque para el manejo de agroecosistemas y de relaciones humanas, en busca del respeto y la sostenibilidad en todas sus dimensiones: ecológica, social, económica, cultural y política. En este contexto, la Soberanía Alimentaria se convierte en el derecho de cada pueblo para definir sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo con objetivos de desarrollo sostenible y seguridad alimentaria.

Propósito

La RASA se conecta a un gran número de ODS, destacándose el Objetivo 15: Vida de Ecosistemas Terrestres, que encuentra en la agroecología una de las más potentes herramientas para gestionar sosteniblemente los ecosistemas, detener la degradación de tierras y la desertificación, así como la pérdida de biodiversidad, con técnicas aplicadas en la Meta 15.4 de enfatizar la conservación de los ecosistemas montañosos, incluida su diversidad biológica, a fin de mejorar su capacidad de proporcionar beneficios esenciales para el desarrollo sostenible.

Y al Objetivo 12: Producción y consumo responsable que, de acuerdo con RASA, está en el origen de las concepciones agroecológicas la cual se preocupa por toda la cadena de la producción agroalimentaria, desde la Meta 12.2 de lograr la gestión sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales.

También se junta al Objetivo 13 Acción por el clima, que enfatiza la utilidad de la agroecología en este reto global, considerando que los métodos agroecológicos ayudan a frenar el calentamiento global y sus efectos, junto a la Meta 13.3 de mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana.

¿Cómo?

La RASA busca crear diálogos y habilitar canales de participación, deliberación y decisión sobre las estrategias agroecológicas y alimentarias municipales, para construir un proceso que funcione de manera transparente y democrática. También intenta visibilizar y fortalecer las estructuras, organizaciones y colectivos que favorezcan los procesos de construcción de la agroecología y de la soberanía alimentaria del territorio. Desde la ruralidad se establece la generación de estrategias colectivas que sirvan para poner en valor la agricultura de huertas en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche y, sobre esta base, articular un proceso de desarrollo territorial con una metodología participativa, creando espacios que integren a los diversos actores sociales, productores y consumidores, ayuntamientos, empresas y ciudadanía en general.

El problema general que aborda es la desaparición de la pequeña agricultura familiar, la extinción del campesinado, el desaprovechamiento de herramientas fundamentales en la lucha contra el cambio climático, el riesgo de exclusión de amplios sectores de la población (entre ellos los jóvenes y la mujer rural), el envejecimiento de la misma, la desaparición del paisaje agrario y la pérdida de biodiversidad y la extinción de una forma de vida tradicional. Esto en un contexto en que la Sierra de Aracena y Picos de Aroche no es una excepción, existiendo la tendencia de una drástica disminución de las ocupaciones tradicionales y un despoblamiento generalizado de los municipios rurales que llevan aparejadas otras circunstancias que pueden tener un fuerte impacto en su futuro inmediato. Como respuesta se busca poner en marcha una serie de procesos económicos y sociales capaces de crear sinergias positivas que logren el desarrollo humano a partir del fortalecimiento de la economía local, en el que la agroecología se convierte en una vía fundamental para la consecución de la sostenibilidad tanto en entornos rurales como urbanos.

¿Procesos de colaboración?

 

CONECTIVIDAD

La iniciativa de RASA se conecta a diferentes organizaciones como Pies en La Tierra, la Sala Raspa, Asociación Matilde, y otros grupos autónomos, ambientalistas y agroecologistas, manteniendo contacto con las comarcas de la región. 

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DIVERSIDAD

De esa forma, la diversidad de RASA pasa por un gran número de acciones desarrolladas, entre ellos el proyecto de valorización de los huertos mineros en el plan de dinamización rural a través de las Huertas Serranas (que promueve acciones contra la despoblación rural y la valorización cultural y ambiental de la Sierra), la integración con las comunidades rurales y urbanas a través de ferias, reuniones, charlas y mercadillos con productos locales. 

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RETROALIMENTACIÓN

En esencia este es un proyecto con un elevado grado de retroalimentación, pues surge desde los ciudadanos, campesinos y se mantiene por la misma comunidad en donde la permanencia y valorización de la población rural dinamiza la pequeña agricultura y fortalece los territorios y las ocupaciones tradicionales.

Tecnologías, métodos y herramientas

De esa forma, la Agroecología constituye una herramienta esencial, que parte de un concepto sistémico que trata de abordar, desde preceptos ecológicos y naturales, hasta cuestiones agrícolas o ganaderas, de alimentación, así como el papel de las personas en todos los procesos agroalimentarios, la producción y consumo de energías limpias, los cuidados al medio ambiente y de las personas, entre otras. Puede afirmarse que la agroecología pronto desborda sus límites iniciales como ciencia agraria, y hoy es ya un paradigma que promueve una estrategia global de desarrollo sostenible puesta a andar por una multitud de comunidades, no solo rurales, que aportan una metodología estudiada y experimentada que permiten impulsar los ODS, y garantizar la Soberanía Alimentaria, en donde cada pueblo sea capaz de definir sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo con su cultura, expresando la necesidad de recuperar el control sobre el modo en cómo se producen, transforman y distribuyen los alimentos, poniendo en el centro el derecho de la población a una alimentación sana y saludable para todos.